De la redacción
El Buen Tono
Arnold Rojas Tame, originario de San Luis Potosí y apodado “El Príncipe del Huachicol”, construyó un imperio económico con el contrabando y robo de hidrocarburos que le permitió llevar una vida de lujos extraordinarios. Con apenas 31 años, Rojas Tame se ha relacionado con la élite del poder mexicano gracias a su suegro, André Georges Foullon Van Lissum, director general de la Agencia Nacional de Aduanas.
Investigaciones revelan que Arnold Rojas Tame opera el contrabando de millones de litros de combustible desde Estados Unidos a México mediante tanques ferroviarios. Junto con Luis Ariel Rivera Rodríguez, exconvicto en Texas por lavado de dinero y robo de hidrocarburos, ha establecido empresas de logística y almacenamiento de combustible en varios estados del país, incluyendo Tamaulipas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Querétaro y Ciudad de México.
Estas operaciones utilizan terminales ferroviarias conocidas como “Espuelas”, donde el combustible se trasvasa a pipas para su distribución hacia el centro del país, obteniendo protección de funcionarios aduanales.
Gracias a estas actividades, Rojas Tame posee vehículos de lujo como un Lamborghini Huracán Sterrato y un Bentley Bentayga, así como un jet Pilatus PC-24 valorado en más de 15 millones de dólares. La empresa Ikon Fuels, con sede en Houston, Texas, habría sido utilizada para enviar el combustible de contrabando a México, según reportes de investigación.
Arnold Rojas Tame y Rivera Rodríguez son ahora conocidos como “Los señores de los trenes” por el modo en que operan su red de contrabando, consolidando un esquema que mezcla logística, poder político y riqueza ostentosa.
Otra ratota huachicolera más: yerno de un general de división contrabandea millones de litros por las fronteras en trenes. Su suegro, general del ejército, es el administrador de aduanas. Varias empresas transportistas de la zona fueron defraudadas, ya que las contrató para hacer fletes y no les pagó millonarias sumas de dinero.
