

AGENCIA
Ciudad de México.- Una tabla con datos oficiales de la Secretaría de Salud ha provocado una fuerte ola de indignación en redes sociales, al exponer casos de nacimientos en los que niñas menores de edad se convierten en madres junto a hombres adultos e incluso ancianos, revelando profundas brechas de edad que han sido calificadas como “aberrantes” y “asquerosas” por cientos de usuarios.
La información, que sintetiza los 30 nacimientos más impactantes registrados en 2024, muestra casos extremos que reflejan una alarmante situación de abuso, violencia sexual y normalización de relaciones desiguales en diversas regiones del país.
Entre los casos más perturbadores se encuentra el de una niña de 10 años, madre de un hijo cuyo padre tiene 32 años, en el Estado de México. También en esa entidad, se documentó el caso de una menor de 12 años cuyo padre es un hombre de 65, una diferencia de 53 años.
Otra tabla elaborada a partir del mismo registro muestra las mayores diferencias de edad entre padres y madres en el país. Entre los casos más extremos destacan:
*75 años de diferencia: padre de 97 años y madre de 22, en Acuña, Coahuila.
*71 años de diferencia: padre de 94 y madre de 23, en Arcelia, Guerrero.
*70 años de diferencia: padre de 88 y madre de 18, en Del Nayar, Nayarit.
*69 años de diferencia: padre de 85 y madre de 16, en San Luis Acatlán, Guerrero.
*69 años de diferencia: padre de 98 y madre de 29, en León, Guanajuato.
Los datos han generado un debate nacional sobre la persistencia de relaciones profundamente desiguales, muchas veces justificadas por usos y costumbres o contextos de marginación y falta de acceso a la justicia.
Varios usuarios han denunciado la normalización del abuso sexual infantil y el matrimonio forzado en comunidades donde las niñas son entregadas como esposas, prácticas que -pese a los esfuerzos institucionales- aún persisten en diversas regiones del país.
Especialistas en derechos de la infancia y activistas han exigido que se investiguen estos casos y que no se reduzcan a cifras frías, sino que se reconozcan como posibles delitos que deben ser perseguidos penalmente y visibilizados en toda su gravedad.
La publicación de esta tabla ha puesto sobre la mesa un tema que México no puede seguir ignorando: la vulnerabilidad estructural de miles de niñas frente a contextos de violencia, impunidad y falta de protección institucional.
La primera gráfica es perturbadora, para empezar, ¿es legal casarse tan joven? ¿y la familia de la menor? ¿Qué enfermo, se casa con una niña de 11 años?
Y por eso debe de existir el Consejo Tutelar para Menores con una larga lista de Tutores de Oficio que sean asignados a esos casos e interpongan todos los juicios que sean necesarios en beneficio y protección de los menores, ya que con esa conducta criminal, los padres pierden la patria potestad.
La primer tabla debería juzgar penalmente a los agresores. De la segunda, salen unos estudios sociológicos increíbles. Me queda una duda, ¿no hay niños o jovencitos que sufran estupro? ¿O no estamos ni siquiera identificando eso?


