


De la redacción
El Buen Tono
Córdoba, Ver. — A tres meses de que concluya la administración de Juan Martínez Flores, la ciudad enfrenta un colapso generalizado. La violencia no cede y las calles son escenario de homicidios recientes; la basura se acumula en avenidas y colonias, los camiones recolectores son insuficientes o están desechos, y los baches han convertido el tránsito diario en un riesgo constante.
El desorden administrativo llega incluso a las finanzas: autoridades reconocen que no hay dinero suficiente para cubrir los aguinaldos, un pago que, por tradición, se realizaba antes del cambio de administración. Mientras tanto, los servicios públicos esenciales funcionan a medias, dejando en evidencia la incapacidad de un gobierno que prioriza intereses propios sobre el bienestar ciudadano.
Olga Leticia Luz López y Erick Alberto Gasca Morales, regidores séptima y octavo, se han limitado a levantar la mano en el cabildo y a protagonizar shows mediáticos sin impacto real, mientras Córdoba se desploma a su alrededor.

