De la Redacción
El Buen Tono
ORIZABA.- La falta de supervisión y operativos de seguridad por parte de las direcciones de Obras Públicas y Protección Civil en obras particulares cobró otra vida, revelando el patrón de negligencia que ejerce el Ayuntamiento de Orizaba y mostrando que lo único que le interesa es cobrar por los permisos y licencias que otorga.
El reciente fallecimiento de un hombre en un domicilio al norte de la ciudad, mientras realizaba labores de mantenimiento, no es un hecho aislado. Se trata del tercer caso registrado en Orizaba donde un trabajador pierde la vida debido a la ausencia de medidas de seguridad elementales, demostrando que las dependencias municipales no ejercen ninguna labor de verificación de las obras que permiten en la ciudad.
Mientras que, la función de estas direcciones se redujo solo a la recaudación por conceptos de autorización, desentendiéndose por completo de su obligación legal y moral de garantizar que las obras se ejecuten cumpliendo las normas municipales de seguridad, seguramente porque para autorizarlas reciben el moche y, por ello, no verifican nada.
Es una contradicción que el ayuntamiento cobre por otorgar un permiso, pero no destine recursos para verificar su correcta aplicación. Esta práctica convierte a la administración en cómplice de la precariedad laboral y las tragedias evitables.
Lo anterior, revela que mientras el Ayuntamiento de Orizaba no ordene montar operativos serios de supervisión que exijan, al menos, el uso de equipo de protección básico, y deje de dedicarse únicamente a cobrar los permisos, las obras en la ciudad seguirán siendo un terreno de alto riesgo donde la vida de los trabajadores vale menos que un trámite burocrático.
