Nayeli Ríos
El Buen Tono
Córdoba.- La iluminación del estadio Murillo Vidal ya empieza a fallar, con varios reflectores fundidos, pese a que la obra costó 5 millones 200 mil pesos, monto inflado respecto a estándares internacionales de modernización deportiva. Mientras la instalación LED para estadios pequeños normalmente cuesta entre 30 mil y 100 mil dólares (aproximadamente 520 mil a 1.7 millones de pesos), aquí se pagó más del triple por tecnología de bajo rendimiento, evidenciando que Juan Martínez Flores infló los costos para desviar recursos municipales.
Durante el juego de la Tercera División el pasado sábado, directivos de un equipo, quienes pidieron mantener su anonimato, señalaron que una de las lámparas ya estaba fundida, confirmando la deficiente calidad de la obra desde su puesta en marcha. El contratista, vinculado como compadre del alcalde, recibió el proyecto pese a carecer de capacidad técnica. Oficialmente, la COMUDE, coordinada por Rosalío Martínez Armillas, sólo tiene funciones administrativas; las decisiones reales las toman Jessica Martínez, hija del alcalde, y su esposo Ricardo Zamudio, dejando claro que la adjudicación y ejecución de la obra respondieron a intereses privados bajo amparo político.
El proyecto contempló la instalación de 72 luminarias de vapor de sodio de 1000 W, tecnología obsoleta que genera un alto costo por encendido (alrededor de 4 mil pesos por tres horas) y ofrece bajo flujo lumínico, mientras diversas colonias permanecen sin alumbrado público y en riesgo por inseguridad.
Esta no es la primera vez que se favorece al mismo proveedor: en 2024 recibió 1 millón 300 mil pesos por la “primera etapa” del alumbrado y, en 2025, el contrato VER-COR-OP25-034_IR se elevó a 3 millones 900 mil pesos, pese a la evidente mala calidad. La repetición del contratista, la sobrevaloración de la obra y el uso de tecnología deficiente refuerzan la sospecha de que no se trata de torpeza, sino de una cadena deliberada de corrupción.


