

Efraín Hernández
El Buen Tono
Córdoba.– Mientras los deportistas cordobeses siguen sin apoyo y enfrentan el abandono institucional, en el ayuntamiento de Córdoba se encubren pagos irregulares y actos de corrupción. A través de la solicitud de acceso a la información con folio 300546125000124, se pidió conocer nombres y RFC de personas físicas o morales que reciben pagos por asesorías en la Dirección de Educación, Cultura y Deporte, y en la Coordinación Municipal del Deporte, la respuesta fue una burla: negaron tener asesores y ocultaron toda información relacionada.
La Tesorería municipal, a cargo de Rosa María Velasco Ramírez, aseguró que en el sistema SIGMAVER no hay registro de pagos por concepto de asesoría. Sin embargo, dicha afirmación contradice la realidad en la que operan personas en calidad de “entrenadores” o “promotores” sin claridad en su función ni en el destino de los recursos que reciben. La negativa de Velasco Ramírez no sólo es muestra de incapacidad, sino de una clara intención de proteger una red de intereses al interior del ayuntamiento.
Por su parte, Flavio Heredia Quiroz, director de Educación, Cultura y Deporte, se alineó con el discurso de la tesorera y evadió responder cuánto ganan, quiénes cobran y bajo qué criterios. Su complicidad con la corrupción institucionalizada impide que el deporte cordobés reciba recursos y atención que merece. La opacidad en su oficina explica por qué no hay resultados ni respaldo real para los atletas locales.
Con Juan Martínez al frente, el ayuntamiento se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo deportivo. Mientras se gastan millones en nóminas “fantasma” y pagos disfrazados, los jóvenes deportistas siguen siendo ignorados, sin becas, sin infraestructura adecuada y sin un plan de trabajo serio. La falta de transparencia no es casual: es la cortina que cubre los negocios personales de funcionarios que han convertido al deporte en una caja chica del gobierno de Córdoba.
