De la Redacción
El Buen Tono
Orizaba.- La administración municipal de Juan Manuel Diez Francos, se encuentra sumida en un escándalo de corrupción institucionalizada que, de acuerdo a las denuncias, tiene como epicentro la Coordinación de Comunicación Social, al mando de Román Rodríguez Martín.
Una serie de irregularidades en eventos públicos y acusaciones de tráfico de influencias pintan un cuadro de desvío de recursos y abuso de poder en perjuicio de la ciudadanía.
Los casos son enumerados, el reciente, el evento masivo “Orizabazo” que destapó una de las irregularidades, pues de acuerdo a denuncias públicas los boletos oficiales, diseñados y distribuidos por la propia Comunicación Social, carecían por completo de medidas de seguridad elementales, como hologramas, foliado, códigos QR únicos, facilitando su falsificación masiva.
Esta negligencia permitió la reventa de boletos falsos o duplicados en redes sociales a precios muy superiores a los oficiales, generando un lucrativo mercado negro. La sospecha central que pesa sobre Román Rodríguez Martín y su equipo es la falta de controles fue premeditada, permitiendo la fabricación y reventa ilegal de entradas, de la cual podrían haberse beneficiado directa o indirectamente.
La sombra de la incompetencia o la mala fe se extiende a otro evento social municipal: el “Pollotón”, donde ciudadanos reportaron que se repartieron más boletos que los pollos disponibles para su canje, dejando a decenas de personas, muchas de ellas de escasos recursos, con un comprobante inútil en la mano. Este hecho no sólo refleja una pésima logística, sino que sugiere un posible manejo opaco de los recursos destinados a estos programas de apoyo comunitario.
El escándalo se profundiza con las acusaciones de empresarios del sector de impresión. Señalan a Omar Jiménez Ochoa, diseñador de Comunicación Social, y a su novia Luisa también empleada del área, de solicitar moches a las empresas por los contratos de impresión municipal.


