Efraín Hernández
El Buen Tono
Córdoba, Ver. — A una semana del asesinato del exalcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, ocurrido durante el Festival de las Velas el pasado 1 de noviembre, distintas voces de la sociedad civil y religiosa han coincidido en que este hecho fue el detonante de un hartazgo generalizado frente a la violencia que azota al país. Así lo manifestó el presidente del Consejo Representativo de Iglesias Evangélicas del Estado de Veracruz (CRIEEV), pastor Alfredo Luna Murillo, quien llamó a la reflexión nacional desde un enfoque de paz y unidad, en vísperas de las marchas convocadas para el próximo 15 de noviembre en todo el país.
El CRIEEV emitió un comunicado oficial en el que condenó enérgicamente el crimen, calificándolo como “vil y cobarde”, y exhortó a los ciudadanos a manifestarse sin recurrir a la violencia. El pronunciamiento, titulado “México llora, pero despierta”, subraya que el país se encuentra cansado de que el crimen organizado haya rebasado la capacidad del Estado para garantizar la seguridad y la justicia.
El líder evangélico expresó su solidaridad con la familia del exalcalde y con el pueblo de Uruapan, destacando que la muerte de Manzo representa un golpe a la esperanza de quienes aún creen que se puede servir con integridad en la función pública. “Lloré como pastor, como padre y como mexicano, porque no solo mataron a un alcalde, también intentaron matar la esperanza de que se puede servir sin vender el alma a la corrupción”, afirmó.


