Agencias
Washington, D.C.— La crisis aérea en Estados Unidos continúa agudizándose tras el cierre del Gobierno federal, que ha obligado a la Administración Federal de Aviación (FAA) a recortar miles de vuelos en todo el país. Hasta este sábado 8 de noviembre, las aerolíneas estadounidenses acumulan más de 815 cancelaciones y una reducción del 4% en sus operaciones, cifra que podría subir al 10% en los próximos días si el cierre se prolonga.
El ajuste afecta a 40 de los aeropuertos más importantes, incluidos Atlanta, San Francisco, Houston, Phoenix y Washington D.C., impactando principalmente a American Airlines, Delta, United y Southwest. Según la FAA, estas medidas buscan aliviar la carga de los 13 mil controladores aéreos y 50 mil empleados de seguridad aeroportuaria que trabajan sin sueldo desde hace 39 días.
La falta de personal ha generado ausentismo de hasta el 40% y retrasos en más de 5 mil vuelos diarios. El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que si la situación persiste, podría ser necesario reducir hasta un 20% del tráfico aéreo nacional.
Mientras tanto, la administración de Donald Trump sostiene que la reapertura del gobierno dependerá de que los demócratas aprueben su plan de financiamiento federal, mientras la oposición responsabiliza a los republicanos de mantener el estancamiento político que amenaza con paralizar por completo el transporte aéreo del país.


