DE LA REDACCIÓN
EL BUEN TONO
Córdoba.- La violencia que este lunes dejó un muerto en la colonia La Antorcha pone de manifiesto el colapso del sistema de seguridad municipal, provocado por la corrupción y el desinterés del presidente Juan Martínez. A pesar de los múltiples escándalos, abusos y denuncias de corrupción que acompañan al marino Enrique Morales Tolentino desde el inicio de la administración, Martínez ha mantenido su cargo al frente de la Policía Municipal.
Manuel Molina Gómez, presidente del Centro de Investigación Difusión Implementación sobre Asociaciones Civiles (CIDIAC), sostiene que el alcalde ha encubierto a Tolentino con el apoyo de la síndica Vania López González y el Cabildo, creando una red de complicidades que ha permitido la descomposición de los mandos policiales. “Esta tragedia no es un hecho aislado; es el resultado de la incapacidad del gobierno municipal para garantizar la seguridad y el orden”, afirmó.
Molina recordó que desde el año pasado, Martínez Flores ha desmantelado la Policía Municipal, despidiendo a elementos capacitados y debilitando las operaciones de seguridad. A pesar de que en documentos oficiales se presenta una corporación eficiente, la realidad es que la fuerza policial está desorganizada, carece de disciplina y se encuentra subordinada a intereses políticos. “Las respuestas del Ayuntamiento son pura simulación; los hechos demuestran que Córdoba ha sido abandonada a su suerte”, puntualizó.
El representante del CIDIAC insistió en que Morales Tolentino debería haber sido destituido desde los primeros días de la administración, cuando sus subordinados fueron exhibidos a nivel nacional por abusos de autoridad.
A lo largo de estos cuatro años, se han acumulado denuncias por extorsiones y malos manejos, sin que el alcalde ni sus funcionarios tomen medidas. “Hoy, Córdoba paga las consecuencias de un gobierno complaciente, que ha hecho de la inseguridad una política pública y del silencio su única respuesta”, concluyó.
