EL BUEN TONO
Orizaba, Ver.- En este cuarto y último domingo de Adviento, la liturgia católica enlaza de manera profunda las promesas del Antiguo Testamento con su cumplimiento en el nacimiento de Jesucristo, recordando a los fieles que Dios es siempre fiel a su palabra y que aquello que promete, lo cumple, afirmó el padre Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba.
El sacerdote explicó que en la primera lectura, el profeta Isaías anuncia que una virgen concebirá y dará a luz un hijo, mensaje que alcanza su plenitud en el Evangelio, particularmente en el pasaje que narra el nacimiento del Mesías por medio de la Santísima Virgen María.
Enríquez Báez señaló que el Evangelio muestra de manera clara el cumplimiento de la promesa hecha por Dios a su pueblo, manifestando así su voluntad salvífica para la humanidad. Añadió que este anuncio recuerda a los creyentes que, llegada la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y bajo la ley, para ofrecer salvación al mundo, lo que adquiere un significado especial en los días previos a la celebración de la Navidad.
El vocero diocesano indicó que el tiempo de Adviento invita a los fieles a disponerse interiormente para contemplar a Jesús, permitir que su ternura inunde el corazón y pedir que su gracia transforme las palabras y las acciones de cada persona, con el fin de vivir auténticamente como discípulos e imitar sus criterios y obras.
En el marco de la cercanía de la Navidad, Enríquez Báez destacó que esta celebración representa un tiempo de paz y conversión, una paz auténtica que no se construye con estrategias ni con armas, sino a partir de la transformación interior del ser humano.
Recordó que, como ha señalado el Papa León en su mensaje para la Jornada Mundial, se trata de una paz “desarmada y desarmante”, capaz de romper dinámicas de violencia y conflicto, y de propiciar la reconciliación tanto a nivel personal como comunitario.
Finalmente, el sacerdote invitó a la población a que en esta Navidad permita que el Niño nacido en Belén habite en el corazón de cada persona, la llene de su gracia y la conduzca por caminos de paz, esperanza y compromiso cristiano.


