Alejandro Aguilar
El Buen Tono
CÓRDOBA.- Luego de que el alcalde Juan Martínez anunció con bombos y platillos la obtención de una concesión de agua por 30 años para la ciudad, documentos oficiales revelan que, meses antes, el municipio había desembolsado más de 5 millones de pesos en un estudio ejecutivo para el mismo fin.
No obstante, al alcalde le habían hecho observaciones por tanto estudio que, finalmente, no tiene un resultado concreto y, es un claro ejemplo de enriquecimiento ilícito ante el evidente desvío de recursos, causando daño patrimonial a la Tesorería de Córdoba.
ANUNCIO Y REALIDAD OCULTA
El pasado 6 de diciembre, Martínez Flores aseguró que Córdoba estaba a punto de recibir una concesión de agua por parte de la Conagua, un proyecto promocionado como una solución a la crisis hídrica, pero esto no saldría nada económico a la población.
Datos del sistema de fiscalización pública muestran que, desde mayo de 2024, Hidrosistema de Córdoba ejecutó el contrato HCQ/O.P/001/2024, por un monto aprobado de $5,222,847.09, para la “Elaboración de Proyecto Ejecutivo”.
Dicho contrato, etiquetado bajo “Gastos indirectos”, registraba un 99.7 por ciento de avance financiero y está marcado como “TERMINADO CON ECONOMÍAS”. Es decir, el estudio técnico y administrativo, la base para solicitar la concesión, estaba prácticamente pagado y concluido antes del anuncio oficial.
OSCURIDAD
EN EL PROCESO
Lo más grave es que, a pesar del elevado gasto, el registro oficial de la obra no contiene fotografías ni evidencias gráficas del trabajo realizado, alimentando dudas sobre la transparencia del proceso.
La obra, que tenía como fecha programada de término el 31 de diciembre de 2024, aparece cerrada, sin que se haya informado a la ciudadanía sobre los detalles, metodología o resultados de este costoso estudio, en perjuicio de ciudadanos.
CRISIS HÍDRICA CRÓNICA
La situación del agua en Córdoba es paradójica. Según estudios del gobierno local, la zona cuenta con una disponibilidad alta de agua, atravesada por 22 escurrimientos superficiales, entre ellos los ríos San Antonio y Seco. Sin embargo, el suministro potable es deficiente.
Aunque la nueva fuente es necesaria, no ataca problemas estructurales: la infraestructura antigua y con fugas, la contaminación de ríos, la falta de plantas de tratamiento eficientes y una gestión fragmentada. Sin un plan integral de manejo hídrico, el Metlac podría convertirse en otra fuente sobreexplotada y, a mediano plazo, en un nuevo foco de conflicto por el agua.
La fuente principal, el Río Seco, dejó de operar hace 20 años por contaminación, afectando el abastecimiento del centro económico y comercial. Actualmente, el agua proviene de manantiales como Los Berros, Dos Arroyos y Laguna de Nogales, con una dotación de 680 litros por segundo, insuficiente para cubrir la demanda creciente de más de 40 localidades que carecen del servicio, cuando sí hay recurso hídrico.


