


AGENCIA
Internacional.- Durante siglos, muchas enfermedades mentales y neurológicas fueron interpretadas erróneamente como posesiones demoníacas, reflejando un profundo desconocimiento del cuerpo y la mente humana. Brotes psicóticos, convulsiones y delirios eran asociados con fuerzas oscuras y tratados con prácticas extremas como el exorcismo o la trepanación.
La trepanación, una de las técnicas quirúrgicas más antiguas registradas, consistía en perforar el cráneo con la intención de liberar al supuesto espíritu maligno. Restos óseos muestran cicatrices que sugieren que algunos pacientes sobrevivieron, evidenciando una intuición temprana sobre la relación entre el cerebro y los trastornos de conducta.
Enfermedades bacterianas como el tétanos o la rabia también fueron malinterpretadas. Los espasmos musculares y la hidrofobia se asociaban con brujería o posesiones, como la postura en “arco” del tétanos, que inspiró representaciones de dominio demoníaco durante siglos.
Desde el siglo II, el término “exorcismo” aparece en textos cristianos, influyendo en la creencia de que fuerzas malignas podían controlar el cuerpo. Sin embargo, en regiones donde el cristianismo no era dominante, estas manifestaciones eran interpretadas de forma distinta, confirmando que muchas creencias tenían raíces culturales más que sobrenaturales.
Hoy, la ciencia ha logrado explicar numerosas condiciones que antes se consideraban posesiones:
*Dermografismo: Marcas en la piel que antes se atribuían a demonios.
*Esquizofrenia: Alucinaciones y delirios que antes eran señal de posesión.
*Efecto placebo y sugestión religiosa: Síntomas psicosomáticos que podían “sanar” tras un exorcismo.
*Síndrome de Tourette y coprolalia: Tics y gritos involuntarios confundidos con expresiones demoníacas.
*Trastorno de pica: Ingestión de objetos no comestibles, considerada conducta antinatural.
*Epilepsia: Convulsiones y pérdida de conciencia vistas como señales del mal.
Más de mil 800 años después, la ciencia ha reemplazado la superstición, mostrando que detrás de lo que alguna vez se creyó sobrenatural, solo había enfermedades esperando ser comprendidas.


