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DE VICTIMARIO A “VÍCTIMA”

Superiberia

Por Andrés Timoteo  /  columnista

DE VICTIMARIO A “VÍCTIMA”

En Veracruz hay una intentona para reescribir la historia y convertir a los victimarios en víctimas. Es toda una entelequia, pues en lo que lleva al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Namiko Matzumoto, nunca ha hablado por las víctimas de tortura y desaparición forzada, mucho menos ha emitido una recomendación institucional a su favor, pero hoy se erige en defensora ¡De un torturador y desaparecedor de personas!

Hace días emitió una recomendación asegurando que Gilberto Aguirre Garza, exdirector de Servicios Periciales en los tiempos de Duarte de Ochoa, fue torturado en el reclusorio de Pacho Viejo, lo tipifica como víctima -cuando es victimario- y pide que el Estado le haga una retribución por sus garantías atropelladas.

Lo irracional se complementa con el instrumento que usaron para torturar al torturador: canciones de Maluma  y Banda Machos.

General de la República a denunciar al Fiscal de la Entidad. Al torturador Aguirre Garza ya lo usaron en una intentona de Juicio Político y ahora recargan la cartuchera con la misma pólvora mojada.

Por cierto, en medio del intento de Matzumoto para convertir a Aguirre Garza en un prohombre artificial, se supo que el hijo de la presidenta de la CEDH fue contratado por la Secretaría de Seguridad Pública desde principios de este año. Es decir, hay un claro conflicto de intereses -por no decir complicidad- entre la Ombudsman y la dependencia que hoy por hoy es la que más atropellos a los Derechos Humanos comete y que es una de las involucradas en purificar al torturador, lo que es un agravio para los desaparecidos y quienes los buscan.

LOS EMPISTOLADOS

Primero fueron los alcaldes quienes, tras el asesinado de la alcaldesa de Mixtla de Altamirano, Maricela Vallejo, anunciaron que pedirán que se les autorice portar armas de fuego para poder repeler algún atentado. Después fueron los taxistas y recientemente los diputados locales. Todo pretenden que se flexibilice el uso de pistolas para su defensa personal.

¿Qué tienen en común esos tres sectores -de los alcaldes, taxistas y legisladores- en el imaginario colectivo? La fama terrible por la prepotencia que los caracteriza, los abusos, las raterías y las traiciones a sus electores -en el caso de los ediles y parlamentarios-. Muchos de los trabajadores del volante han sido acusados de servir como ‘halcones’ de los grupos delictivos. Claro, también hay munícipes y diputados que son operadores del crimen organizado.

Es decir, muchos son tremendas fichas ¿Por qué arriesgar al resto de la población avalando que anden con la fusca al cincho? Por supuesto que impedirles una autorización expresa es una mínima precaución, pues en los hechos, la mayoría ya anda armada a través de sus guardaespaldas -e incluso ellos mismos- portando desde navajas y revólveres hasta metralletas y otros artilugios. 

Nadie se confunda, ellos son tipos de cuidado y oficializar deambulen empistolados es un riesgo más para los veracruzanos.

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