Agencias
México.- Poza Rica amaneció con una imagen que refleja la crisis de violencia en la ciudad: una cabeza humana fue encontrada colgada en un pozo, en el patio de una vivienda de la colonia Progreso. El hallazgo no solo es estremecedor por su crudeza, sino por el mensaje que transmite: la violencia gobierna mientras las autoridades parecen administrar el desastre.
La vivienda de la calle Morelos dejó de ser un domicilio común para convertirse en otro punto rojo en el mapa sangriento de la ciudad. Vecinos, cansados de denunciar ruidos, olores y movimientos extraños, observaron cómo la policía acudió, acordonó la zona y se retiró, con la promesa de investigaciones que rara vez avanzan.
La Fiscalía General del Estado informó que aún no se sabe a quién pertenece la cabeza, que el caso está “en análisis” y que “no se descarta ninguna línea de investigación”. Mientras tanto, el rumor apunta a que podría tratarse de un motorepartidor desaparecido desde el 15 de octubre, aunque la certeza aún falta.
El aparato policial local, debilitado y a veces incluso temido, parece haber perdido la batalla contra la violencia. Las fuerzas federales patrullan solo para cumplir con los reportes semanales, dejando la realidad más cruda: una cabeza colgada en un pozo mientras miles de casos siguen sin resolución.


