Pretoria.- La experta en lenguaje corporal, Denise Bjorkma, ha estado analizando cada movimiento en la Corte del ex atleta paralímpico Óscar Pistorius.
La evaluación correcta del lenguaje corporal mantiene su valor en ser capaz de discriminar entre lo que los científicos sociales llaman molar o comportamiento molecular, lo que refleja todo el comportamiento y la relación con los objetos, que es controlable. Esto incluye la forma en que se viste, baja la cabeza y los hombros con humildad autorregulada.
Su traje oscuro, casi negro, y corbata con una camisa blanca es fúnebre. Esto es claramente un intento de demostrar duelo y respeto a la autoridad, una cualidad que le faltaba históricamente. Este no es su estilo de vestir.
Es difícil de creer que Oscar se siente herido con la culpa y el dolor, cuando fue visto por los medios de comunicación después del incidente disfrutando una vida social entre alcohol.
Oscar tiene constantes fugas en su lenguaje corporal, lo que significa que él no comparte la confianza de Barry Roux en el resultado.
Él susurra a su defensa con las manos ahuecadas en un movimiento infantil, el aroma de un niño que tiene una necesidad de transmitir secretos y protegerse a sí mismo. También impide la lectura de labios, sus ojos parecen tensos, atormentados.
Oscar históricamente parecía demostrar un rasgo psicológico indeseable -el síndrome de Mohammed Ali-, que se traduce como: “Yo soy el más grande e invencible”.
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