

Efraín Hernández
El Buen Tono
Orizaba.- En su tercer mandato al frente del gobierno municipal, Juan Manuel Diez Francos ha sido acusado de ejercer un dominio político y administrativo que, según voces locales, rebasa las atribuciones de un alcalde.
El exregidor Francisco Aguilar lo ha señalado como un “cacique”, al denunciar que el actual titular del ayuntamiento ha utilizado su cargo para favorecer a sus empresas y sostener una red de leales dentro de la estructura gubernamental.
Estas afirmaciones se suman a las críticas de diversos sectores que alertan sobre una concentración de atribuciones pocas veces registrada en la zona.
Incluso durante los lapsos en los que no ocupó funciones públicas, Diez Francos influyó en decisiones relevantes, como la remoción de la estatua de Porfirio Díaz o el ajuste de las tarifas en los parquímetros.
Empleados del gobierno local han confirmado que, antes de asumir de nuevo la presidencia, ya dictaba órdenes dentro de la administración municipal, actuando con una autoridad de facto que generaba temor entre el personal.
Recientemente, el munícipe recorrió la calle Madero acompañado de quien sería su propuesta para la próxima elección, lo cual fue interpretado como un indicio de que pretende conservar el mando político del municipio más allá de su actual gestión.
