

El gran enigma de cómo navegan las aves está a punto de resolverse, luego de una serie de ensayos publicados en lo que va de año. “No es hierro en sus picos lo que les sirve de brújula magnética, sino una proteína en sus ojos que les permite ver los campos magnéticos”, afirmó un artículo del sitio informativo Science Alert, que resumió este 1 de septiembre los resultados de dos investigaciones recientes.
