AGENCIA
Altamira.- Un hallazgo arqueológico inesperado sorprendió a pobladores del sur de Tamaulipas, donde un campesino local encontró decenas de figuras de barro y piedra que podrían datar de hace más de dos mil años.
José Luis Martínez Guerrero, habitante del ejido “KM 40” de Altamira, ha reunido durante años una colección de piezas prehispánicas halladas mientras trabaja el campo. Se trata de figuras humanas, rostros tallados, herramientas, monedas y utensilios antiguos que, según los especialistas, pertenecen al periodo formativo o preclásico, entre el 500 a.C. y el 200 d.C.
Martínez relató que algunas de las figuras presentan rasgos femeninos y distintos tipos de penachos, pero una en particular le llamó la atención por su aspecto “no humano”, lo que despertó la curiosidad de sus compañeros de trabajo y de los internautas que conocieron su historia.
El arqueólogo Gustavo Ramírez Castilla, director de la Red Mexicana de Arqueología, confirmó que las piezas corresponden a figurillas prehispánicas típicas del sur de Tamaulipas, dentro de la región huasteca, y que se elaboraron durante los inicios del periodo clásico mesoamericano, cuando Teotihuacán comenzaba a desarrollarse como una gran urbe.
Ramírez explicó que este tipo de hallazgos son de gran relevancia histórica y cultural, por lo que recomendó notificar al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para realizar una recuperación sistemática y garantizar su conservación.
Aclaró que si bien la posesión de estos materiales no está prohibida, su venta o traslado sin autorización es ilegal. Al registrarlos ante el INAH, el descubridor puede conservarlos de manera legal y protegida.
Los vestigios hallados en Altamira, que incluyen platos reconstruidos, hachas, dijes y accesorios de collar, podrían integrarse en el futuro a un registro formal de patrimonio arqueológico, evidenciando la riqueza cultural que aún yace bajo los suelos agrícolas del sur de Tamaulipas.
