Un grupo de científicos de la Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI) logró un descubrimiento que conecta el presente con la historia marítima de Estados Unidos: el submarino USS F-1, hundido en 1917, fue localizado a más de 400 metros de profundidad frente a las costas de San Diego, California.
Este submarino, perteneciente a la Primera Guerra Mundial, fue hallado casi intacto, en condiciones sorprendentes tras más de un siglo bajo el mar. Gracias a tecnología de última generación, los investigadores lograron capturar imágenes nunca antes vistas del naufragio, que dejó 19 marineros fallecidos en su trágico final.
🔬 Tecnología de vanguardia al servicio de la historia
La exploración fue posible gracias a los vehículos submarinos Alvin (tripulado) y Sentry (autónomo), ambos parte de la flota del National Deep Submergence Facility, financiada por la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU. Con sonares, cámaras de alta resolución y tecnología de fotogrametría, crearon detallados mapas 3D del submarino y del fondo marino.
Durante la misión también se localizó un avión de entrenamiento de la Marina, que se estrelló en la zona en 1950, sumando aún más valor arqueológico al hallazgo.
🎓 Una clase de historia bajo el océano
Más que una simple expedición, esta misión fue también una oportunidad de formación. Sirvió como entrenamiento para nuevos pilotos del Alvin y para probar herramientas que se usarán en futuras exploraciones. Uno de los participantes, Brad Krueger, arqueólogo del Comando de Historia Naval de EE.UU., vivió su primera experiencia en un sitio de naufragio histórico.
🛎️ Honor a los caídos
Al concluir la expedición, el equipo organizó una emotiva ceremonia conmemorativa sobre el lugar del naufragio. Se tocó una campana 19 veces, una por cada marinero fallecido, y se leyeron sus nombres en voz alta. El gesto subrayó el compromiso de los científicos no solo con la tecnología y la ciencia, sino también con el respeto por la historia y quienes la vivieron.
🌊 Un legado que inspira
Este descubrimiento demuestra cómo la tecnología moderna puede revelar capítulos olvidados del pasado y, al mismo tiempo, formar a la próxima generación de investigadores. La exploración del USS F-1 no solo recupera la memoria de un hecho trágico, sino que también abre nuevas rutas para comprender y respetar los vestigios del pasado en el fondo del mar.
