De la redacción
El Buen Tono
Tamaulipas.— La invasión de viviendas y terrenos se ha convertido en una pesadilla para cientos de familias en el estado. Un simple descuido o la falta de seguimiento legal puede llevar al propietario a un conflicto judicial que lo haga pasar de víctima a acusado, sobre todo si los invasores pertenecen al crimen organizado.
La Fiscalía General de la República tiene facultades para incautar el inmueble e investigar al dueño, incluso cuando el afectado es quien denuncia. Si los ocupantes además cometen robo de luz o agua, los problemas se agravan, pues se trata de delitos del fuero federal y común, con multas que pueden alcanzar cifras elevadas.
En los últimos cinco años se han presentado casi tres mil denuncias por despojo en Tamaulipas. El caso más mediático fue el de las llamadas “ladies invasoras” en Tampico, quienes ocuparon una casa durante una década sin pagar renta ni reconocer la propiedad. El hecho se volvió viral y provocó indignación en redes, hasta que finalmente fueron desalojadas.
De acuerdo con la Fiscalía de Justicia del Estado, solo entre 2020 y agosto de 2025 se han abierto 2 mil 937 carpetas por este delito. Sin embargo, no hay registro de cuántos responsables han sido encarcelados, lo que refleja la impunidad y la falta de seguimiento en los procesos.
A esta problemática se suma otro factor: la falta de actualización de los títulos de propiedad. En el sur del estado, solo 35% de los inmuebles cuenta con documentos vigentes ante el Registro Público de la Propiedad y del Comercio.
El director de la dependencia, Tomás Rubio Zenil, explicó que muchos propietarios aún conservan escrituras del siglo XIX o principios del XX, algunas hechas a mano o en los viejos “tarjetones” de Ferrocarriles Nacionales de México. “La escritura es el acta de nacimiento de tu casa”, señaló, advirtiendo que la falta de actualización deja en riesgo legal a miles de familias.
Rubio Zenil insistió en que renovar los títulos cada año es la única manera de respaldar la propiedad y evitar litigios que pueden terminar con la pérdida total del patrimonio. En un estado donde el despojo va en aumento, mantener los documentos al día puede marcar la diferencia entre conservar o perder una casa.


