Agencias
México.- La deuda de Pemex con sus proveedores, que alcanzó un máximo histórico de 28 mil millones de dólares hasta septiembre, ha generado desconfianza entre empresas nacionales e internacionales para participar en futuros proyectos de la petrolera estatal. A pesar de los reiterados llamados del director Víctor Rodríguez para adjudicar casi una docena de contratos mixtos que buscan elevar la producción de hidrocarburos, el sector privado se mantiene cauteloso debido a años de impagos y retrasos. Grandes empresas como SLB, Baker Hughes, Halliburton, Eni, Grupo Carso y Grupo México aparecen entre los acreedores, y aunque Pemex ha agilizado pagos recientes, aún persisten deudas de 2024 que ponen en entredicho su capacidad de cumplir compromisos futuros.
Analistas advierten que la falta de confianza en la solvencia de Pemex afecta directamente la posibilidad de alcanzar su meta de 1.7 millones de barriles por día y aumentar en 40% la producción de gas natural. Los contratos mixtos, clave en la estrategia energética de la administración federal para fortalecer la producción, podrían no concretarse si no se generan garantías claras para los inversionistas. El escenario evidencia que la combinación de deudas acumuladas, condiciones contractuales rígidas y la falta de certeza financiera amenaza la competitividad de la petrolera y, por extensión, la estabilidad del sector energético mexicano.
