Si gana mi candata ya los quiero ver de arrastrados, como si los ciudadanos fueran los que le debieran, humildad les falta, se subió a un ladrillo y se mareo
De la redacción
El Buen Tono
Yanga, Ver.— La máscara de la supuesta “transformación” que promueven algunos políticos en Yanga cayó por completo. Israel López, dirigente de la Comisión Ejecutiva del Partido del Trabajo (PT) y principal operador de la candidata Jessica Flor Luna, llamó “arrastrados” a los ciudadanos del municipio que no apoyan su proyecto, exhibiendo un desprecio absoluto por la voluntad popular. La indignación no se hizo esperar: la ciudadanía lo ha señalado como un personaje soberbio, déspota y autoritario, que aún sin cargo alguno ya insulta, divide y amenaza.
Lo que demuestran, en cambio, es una desesperación enfermiza por el poder, una sed de control que los lleva a insultar y denigrar a la ciudadanía cuando no se les rinde pleitesía.
López, lejos de retractarse o disculparse, arremetió aún más en defensa de su candidata, quien carga con severos cuestionamientos por incluir a su propia esposa en la planilla, burlándose del principio de imparcialidad y evidenciando una clara intención de convertir el gobierno municipal en un negocio familiar.
Pero eso no es todo: Jessica Flor Luna mantiene vínculos con Juan Tress Zilly, conocido en Córdoba por estafar a decenas de personas. Su cercanía con él lanza un mensaje alarmante: la candidata no tiene reparos en rodearse de personajes con historial de engaños, siempre que estos le aseguren votos y estructura política.
“Qué se puede esperar de quienes aún sin gobernar ya pisotean a la ciudadanía”, se lee entre los cientos de comentarios de indignación en redes sociales. La población acusa que este grupo político no solo desprecia al pueblo, sino que ahora intenta manipularlo y obligarlo a votar a través del miedo, el insulto y el chantaje emocional.
La situación en Yanga es grave: no se trata solo de un mal candidato o un mal partido, sino de una estructura que ha dejado claro que el respeto al ciudadano, la ética y la democracia no figuran en sus prioridades.
