

De la Redacción
El Buen Tono
Ixhuatlán.- La administración municipal que encabeza Dora Galicia Contreras, terminó por convertirse en un símbolo de corrupción y descomposición política.
Bajo su mandato, el desvío de recursos financieros y la simulación de transparencia son parte del día a día.
Lejos de promover la rendición de cuentas, Dora Galicia utiliza el aparato del ayuntamiento para cubrir a su círculo más cercano.
Desde áreas estratégicas como Catastro, manejadas por personajes de su confianza, todo apunta a que la presidencia municipal tolera, e impulsa el desvío de recursos públicos para perpetuar su control sobre el municipio.
El informe del Orfis indicó irregularidades en obras públicas por más de 2.2 millones de pesos, contratos sin documentos de calidad, entregas sin actas formales y un desfalco financiero superior a los 7.2 millones de pesos que siguen sin justificación hasta ahora.
A pesar de ello, lejos de sancionar, Dora Galicia premia a los responsables de las acciones.
Mientras los ciudadanos enfrentan carencias en servicios básicos y obras inconclusas, el gobierno municipal actúa como una maquinaria al servicio de intereses particulares.
La alcaldesa dejó de gobernar para el pueblo; ahora gobierna para proteger sus complicidades, acusó un activista.
