De la redacción
El Buen Tono
Río Blanco.- A seis semanas de concluir una administración marcada por la apatía, las promesas incumplidas y la escasa obra pública visible, el alcalde, Ricardo Pérez García, deja tras de sí un municipio sumido en el abandono, con calles descuidadas, lotes baldíos cubiertos de maleza y basura acumulada.
En varias colonias de Río Blanco, los vecinos conviven a diario con predios sin mantenimiento, donde los pastizales superan el metro de altura y la basura se acumula sin control.
La proliferación de moscos, los malos olores y la inseguridad en algunas vialidades son sólo algunos de los problemas que los habitantes denuncian constantemente.
“Es insoportable salir de casa y tener que esquivar la basura y el pasto alto; además, los moscos y el hedor hacen nuestra vida diaria muy difícil”, comentó una vecina de la colonia Centro.
Durante estos seis años, los reclamos vecinales por la falta de mantenimiento urbano se multiplicaron, mientras la administración municipal dejó pocas evidencias de obras concretas que hayan mejorado la infraestructura local.
La falta de limpieza en calles y espacios públicos, sumada al abandono de lotes y parques, generó un clima de descontento entre la población, que ahora observa cómo el fin de la gestión se acerca sin cambios significativos.
Río Blanco cerrará así su actual administración con una deuda pendiente hacia sus habitantes, que es recuperar el orden, la limpieza y la funcionalidad de los espacios públicos, prioridades que quedaron relegadas frente a promesas no cumplidas y a una gestión percibida como corrupta.
