Agencias
EU.- Estados Unidos intensificó su ofensiva política y económica contra el régimen venezolano al imponer nuevas sanciones contra familiares directos del mandatario Nicolás Maduro y seis empresas vinculadas al transporte de crudo, en una nueva escalada encabezada por el presidente Donald Trump.
El Departamento del Tesoro informó que las sanciones alcanzan a tres sobrinos de Cilia Flores, esposa de Maduro, al señalar que dos de ellos operan redes de crimen organizado desde Venezuela. Washington sostuvo que estas estructuras están relacionadas con el tráfico de drogas y con actividades ilícitas que afectan directamente a Estados Unidos y a la estabilidad regional.
Como parte de esta presión, el gobierno estadounidense anunció que el petrolero iraní Skipper, cargado con crudo venezolano, será conducido a un puerto de Estados Unidos tras haber sido incautado frente a las costas de Venezuela. La operación fue ejecutada por fuerzas estadounidenses que tomaron control del buque mediante un despliegue aéreo, lo que marcó uno de los episodios más tensos en la confrontación entre ambos países.
Desde Caracas, Nicolás Maduro calificó la incautación como un acto de “piratería naval criminal”, acusando a Estados Unidos de secuestrar a la tripulación y robar el cargamento. Sin embargo, Washington sostiene que el buque estaba sancionado desde hace años por transportar petróleo de países bajo restricciones internacionales.
La acción generó reacciones a nivel global. El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó preocupación por la incautación del buque, mientras que Maduro buscó respaldo internacional al sostener una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, quien reiteró su apoyo político.
En contraste, desde Oslo, la opositora venezolana María Corina Machado manifestó su respaldo a las medidas impulsadas por el presidente Donald Trump, al considerar que la presión internacional es clave para debilitar al régimen venezolano y avanzar hacia un cambio político.
Las nuevas sanciones confirman el endurecimiento de la postura de Estados Unidos frente a Maduro, en un escenario marcado por acusaciones de crimen organizado, aislamiento internacional y una creciente tensión en el Caribe.
