POR: TOMÁS GONZÁLEZ JIMÉNEZ /Columnista
A través del tiempo el pueblo veracruzano ha experimentado distintas etapas de política, de educación, de situaciones económicas, etc., pero en todas se ha observado un fenómeno que ha sucedido en el seno de la sociedad, donde resalta el conformismo de la población, al grado que el estado actual en que se encuentra la Entidad veracruzana, es precisamente consecuencia de esa situación.
Ante esos panoramas, la mayoría del pueblo veracruzano ha aceptado llegar hasta donde está, porque sencillamente ha sido convencido las más de las veces que eso es lo correcto, por lo que se esconde en las entrañas de la sociedad por comodidad, sin mayores protestas que manifestaran lo contrario.
Sí, es verdad que recientemente se ha dado en la elección de sus gobernantes una protesta al desear cambiar de rumbo, también después de que lo ha logrado, se viene viendo envuelto en una vorágine que están ocasionando las corrientes de la clase política, que no es otra cosa que esas vertientes lo tratan de confundir, para tratar de hacer caer nuevamente al pueblo en una situación que únicamente le conviene a esa corrupta clase política, mas no a la población.
En alguna ocasión un candidato a Presidente municipal nos comentó que en su gira por el municipio que deseaba encabezar, se encontró una persona de la tercera edad a quien trataba de convencer para que votara por él, la viejecita le contestó que ella desde que abrió los ojos estaba con el partido en el poder, y que iba a morir aceptando esa situación.
Ese comentario que nos hizo aquel candidato, nos hizo pensar hasta dónde había llegado la clase política para mantener esa situación, que por supuesto era a favor de ella, al grado que habían hecho conciencia de que así debería mantenerse la población, es decir, estaba claro, el conformismo estaba en las conciencias del pueblo, no importaba que vivieran en la pobreza, sin trabajo, sin recursos para vivir decorosamente teniendo lo indispensable.
Ha habido destellos de querer despertar, pero nuevamente la ambición desmedida de la clase política vuelve a la carga ahora tratando de confundir al pueblo con discusiones personales, dolosas, donde el pueblo veracruzano ya no debe permitir caer en la situación en que ha vivido, pues su deseo es mantenerse en el paso que ha dado, al sacudirse de aquel partido en el poder, ahora con sus satélites, que tanto han perjudicado a la familia veracruzana.
Que ya no decaiga ese deseo inaplazable del pueblo veracruzano, de que las cosas sigan cambiando para bien de las clases pobres, siguiendo ese camino que ya empezaron a recorrer.
Que ya no sean envueltos en la vorágine en que actualmente están inmersos los partidos políticos, donde lo que persiguen es que se caiga nuevamente en el conformismo, para tratar de seguir manteniendo su ambición únicamente para ellos, y donde a todas luces el perjudicado ha sido siempre el pueblo de Veracruz.
La educación debe ser la encargada de hacer los cambios que son necesarios para salir del estado putrefacto a que ha llegado la Entidad veracruzana, pero aquella que no debe seguir en manos de sindicatos con la perversidad de sus líderes, sino estar al frente de ella los verdaderos estudiosos de este importante renglón, los que más de las veces todavía están atrás de los escritorios refundidos en las oficinas, o allá en el medio citadino y rural, que son los que verdaderamente seguirán sosteniendo la educación y que no se les ha permitido participar en la Reforma Educativa.
Cuando el conformismo desaparezca de la sociedad veracruzana, entonces empezará la verdadera superación y el cambio que es tan necesario, para no seguir hundidos en las profundidades de la ignorancia, de la pobreza, que es hasta ahora donde la ha llevado la clase política que ha estado llena de seres irracionales, seres llenos de grandes frustraciones, que habiendo llegado al poder prácticamente se han vengado de la sociedad veracruzana y la han llevado a la sima de la oscuridad.
