Agencias
Washington, EU.- El gobierno de Donald Trump incautó esta semana un petrolero venezolano, cuyo destino original era Cuba, según reportó The New York Times. La operación se produce en el marco de sanciones estadounidenses contra el contrabando de petróleo desde Venezuela e Irán, y ha generado un fuerte reclamo internacional por parte de Caracas y aliados.
El buque, identificado como Skipper, zarpó de Venezuela el pasado 4 de diciembre con casi 2 millones de barriles de crudo pesado. Documentos y fuentes de la industria petrolera venezolana indican que Cubametales, empresa estatal cubana, esperaba recibir aproximadamente 1.1 millones de barriles en el puerto de Matanzas. Sin embargo, solo se descargó una pequeña fracción del petróleo, alrededor de 50 mil barriles, a otro buque denominado Neptune 6, que continuó hacia Cuba, mientras el Skipper puso rumbo hacia China con el resto de la carga.
El principal responsable del manejo de este flujo de crudo es el empresario panameño Ramón Carretero, quien ha sido sancionado por EU por “facilitar envíos de productos petrolíferos en nombre del gobierno venezolano”. Según documentos de PDVSA, las empresas vinculadas a Carretero representan aproximadamente una cuarta parte del petróleo exportado por Venezuela este año.
El Times también señala que la tripulación del Skipper estaba compuesta por unos 30 marineros, en su mayoría rusos, y que el petrolero había formado parte durante cuatro años de la flota encubierta de Irán, transportando petróleo iraní hacia Siria y China.
El gobierno cubano ha utilizado gran parte del petróleo venezolano para obtener divisas necesarias, mientras que funcionarios iraníes han calificado la incautación como un acto de “piratería patrocinada por el Estado”.
La operación de incautación se produce en un contexto de alta tensión entre Estados Unidos, Venezuela y sus aliados, y se enmarca en una serie de medidas dirigidas a sancionar operaciones petroleras consideradas ilegales por Washington.
El caso subraya la compleja red de transporte de petróleo sancionado y el papel de intermediarios privados como Carretero en la comercialización internacional de crudo de Venezuela, así como la vigilancia estadounidense sobre envíos que podrían beneficiar a regímenes bajo sanción.


