Huatusco.- Los trenes son una trampa mortal para los inmigrantes quienes cuentan con el peligro de sufrir una amputación al caer del ferrocarril y ser arrollados o encontrar su muerte.
Pero estos no son los únicos peligros que ofrece el Tren de la Muerte como es llamado, hombres, mujeres y niños que viajan encima de los vagones son constantemente robados, violados y secuestrados por grupos delictivos como los Los Zetas.
La familia de Alberto lleva viajando 18 días desde centroamérica. En la travesía lo acompañan su esposa Ema Guadalupe y su hija Osvelia de un año. Alberto Castro Flores de 18 años, luce una piel sin tatuajes en su rostro rasguños ocasionados por la incursión en el monte. La joven Ema Guadalupe Hernández Flores, de 17 años, lleva a cuestas a Osvelia para esperar a su esposo concluya la plática se sienta en el suelo y le da pecho a la bebé.
El entrevistado mencionó ser originario de Tegucigalpa, Honduras del departamento 16, explica que el motivo de su emigración es buscar mejores oportunidades de vida en Estados Unidos, ya que en su país le platicaron las maravillas del sueño americano.
Los 18 días de viaje se han transportado en camión, explicó que sólo subieron al tren para cruzar la frontera Sur y corrieron con suerte, ya que las Maras están al acecho de migrantes que cruzan la frontera, Alberto los considera como la peor amenaza en el camino.
Sobre los peligros que acechan a los centroamericanos dice que no tiene miedo. No conoce las prácticas de la delincuencia organizada contra sus coterráneos, el joven sostiene que es ferviente creyente en Cristo y tiene fe que en su camino lo acompañara, en la travesía por territorio mexicano y su meta es llegar a Nogales, Sonora para instalarse allí y buscar trabajo para posteriormente cruzar la frontera.
Así es la historia de cada uno de los inmigrantes quienes deberán de seguir jugándose la vida por tratar de atravesar México en su travesía hacia los Estados Unidos en busca del sueño americano.
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