

De la redacción
El Buen Tono
Córdoba, Ver.- Las imágenes y testimonios que circulan en redes sociales son dolorosas e indignantes: trabajadores de Súper Ahorros con heridas sangrantes, brazos suturados, piernas vendadas y relatos que estremecen. No se trata de un accidente ni de un conflicto fortuito: es el resultado de un operativo violento dirigido por una estructura de poder que actúa como crimen de cuello blanco y que, a pesar de todo, busca mantenerse en el escenario público.
La noche del 29 de octubre de 2024, empleados del área administrativa fueron encerrados, golpeados, privados de su libertad y silenciados durante horas por un grupo de hombres encapuchados que irrumpieron en las instalaciones con cadenas, candados y palos. La orden era clara: despojarlos del inmueble y borrar toda oposición a la fuerza.
“Nos cerraron con candado. Nos golpearon. Ni agua nos querían dar. Todo fue una pesadilla”, declaró uno de los trabajadores que hoy, aún convaleciente, revive el horror.
Tras una investigación detallada en la que El Buen Tono dió a conocer los rostros de los operadores de dicho atentado encabezado por el Lavador del Crimen Organizado, líder del Cártel Inmobiliario y candidato impugnado, en redes sociales se comenzaron a difundir fotografías y publicaciones que confirman la brutalidad de esa noche. Una empleada sangrante, herida tras ser arrojada por las escaleras; se observa otra imagen con las puertas encadenadas; y comentarios de testigos que describen la prepotencia y el abuso de quienes orquestaron el ataque.
“Nos trataron como delincuentes. No les importó que fuéramos personas trabajadoras, con familia. Solo querían el control del negocio. Todo esto por ambición”, se lee en una de las publicaciones compartidas en redes sociales.
A la fecha no hay investigaciones abiertas ni sanciones. No hay justicia. La impunidad es la norma cuando se trata de personajes con dinero, influencias y estructuras políticas a su servicio.
Lo más alarmante es que algunos de los señalados en esta agresión hoy participan activamente en la vida pública y buscan llegar a la alcaldía de este municipio, sin que exista consecuencia legal por sus actos. Esos mismos actores que hace meses encadenaban trabajadores y los hacían sangrar, han buscado espacios de poder sin enfrentar responsabilidad alguna por lo ocurrido.
