Sandra González
EL BUEN TONO
Orizaba, Ver.- Durante el 1 y 2 de noviembre, el panteón municipal Juan de la Luz Enríquez se convirtió una vez más en un mosaico de colores, aromas y sentimientos. Desde la mañana del viernes y hasta entrada la madrugada del sábado, familias enteras arribaron al camposanto para visitar a sus seres queridos, llevando consigo flores de cempasúchil, cubetas, tijeras y escobas, todo lo necesario para embellecer el descanso eterno de quienes partieron.

El ambiente fue una mezcla de devoción, nostalgia y alegría, como dicta la tradición mexicana que celebra el Día de Muertos y los Fieles Difuntos. No faltaron los mariachis, tríos o músicos solitarios que interpretaron las canciones favoritas de los ausentes, mientras el humo del incienso y el resplandor de las velas llenaron los pasillos del cementerio.


