AGENCIA
Ciudad de México.– El gobierno de Estados Unidos lanzó una nueva alerta de máximo nivel en materia de seguridad y advirtió a sus ciudadanos que no viajen bajo ninguna circunstancia a Venezuela, además de exhortar a quienes ya se encuentran en ese país a abandonarlo de inmediato, ante lo que calificó como un “alto riesgo de detención arbitraria” y otras graves amenazas.
De acuerdo con la Embajada de Estados Unidos, la advertencia se mantiene en Nivel 4, la categoría más severa dentro de su sistema de alertas. La comunicación señala que viajar o permanecer en Venezuela representa riesgos relacionados con detención arbitraria, tortura, terrorismo, secuestro, aplicación discrecional de leyes locales, criminalidad, disturbios civiles y una infraestructura de salud severamente deteriorada.
El Departamento de Estado sentenció que fuerzas venezolanas han detenido en los últimos cinco años a ciudadanos estadounidenses sin respeto al debido proceso y sin notificar a la representación diplomática, la cual no puede intervenir en auxilio de sus ciudadanos debido a que Washington retiró a su personal de Venezuela desde marzo de 2019.
Los ciudadanos que han sido arrestados en territorio venezolano han denunciado golpizas, posiciones de estrés por tiempo prolongado, prácticas de ahogamiento con agua y otras violaciones a derechos humanos durante su detención.
La alerta también expone la existencia de crímenes violentos, algunos con motivaciones políticas y presuntamente cometidos incluso por policías locales. Asimismo, acusa el uso de gas pimienta, balas de goma y toletes contra manifestantes, así como la operación de “grupos terroristas colombianos” en zonas fronterizas con Brasil y Guyana.
El Departamento de Estado advirtió por último que la escasez de gasolina, agua, electricidad, medicamentos y equipo médico agrava el panorama de inseguridad y vulnerabilidad para cualquier visitante o residente extranjero.
Con este llamado, Washington refuerza su postura crítica frente al régimen venezolano, en un contexto donde las tensiones diplomáticas y los riesgos humanitarios parecen escalar sin señales de distensión a corto plazo.
