AGENCIA
Ocho migrantes condenados por crímenes violentos en Estados Unidos fueron deportados este sábado a Sudán del Sur, según informaron el Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés) y un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores del país africano.
Entre los deportados se encuentran un ciudadano mexicano, identificado como Jesús Muñoz Gutiérrez, y dos ciudadanos cubanos, José Manuel Rodríguez Quiñones y Enrique Arias Hierro. El grupo también incluye a dos birmanos, un vietnamita, un laosiano y un sursudanés, siendo este último el único originario del país al que fueron enviados.
Los ocho hombres habían estado retenidos desde finales de mayo en una base militar estadounidense en Yibutí, en el este de África, y fueron trasladados este fin de semana a Juba, la capital de Sudán del Sur, a bordo de un avión militar estadounidense.
Según autoridades estadounidenses, los migrantes no obtuvieron el consentimiento de sus países de origen para ser repatriados, lo que llevó a que se buscara otro destino. La Corte Suprema de Estados Unidos validó su expulsión el pasado jueves, permitiendo que fueran enviados a Sudán del Sur, pese a las severas condiciones que atraviesa esa nación.
Sudán del Sur es considerado uno de los países más pobres y conflictivos del mundo, afectado por una guerra civil que dejó más de 400 mil muertos entre 2013 y 2018, y por una situación política frágil y violenta.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han manifestado su preocupación por esta deportación, advirtiendo sobre el riesgo extremo que enfrentan los migrantes en ese país, incluidos posibles actos de tortura, persecución y violencia armada.
Este caso ha generado un debate internacional sobre las implicaciones éticas y legales de deportar personas a zonas de conflicto, así como sobre la responsabilidad de los gobiernos en la protección de los derechos fundamentales, incluso de aquellos que han cometido delitos.
