Washington.- Activistas proinmigrantes demandaron ayer al presidente Barack Obama no acelerar la deportación de los miles de niños que han llegado a EU desde Centroamérica y le pidieron que les conceda de forma automática estatus de refugiados, en medio de versiones de que el mandatario ha decidido no solicitar, por ahora, nuevos poderes especiales para acelerar la deportación de los más de 50 mil menores.
Mientras el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, reiteraba ayer que el gobierno deportará a la mayoría de los infantes en cuestión, la agencia AP, citando asesores legislativos que pidieron el anonimato, indicó que Obama formalizaría ayer su solicitud al Congreso de 2 mil millones de dólares adicionales para atender la oleada de menores migrantes. Pero esta solicitud no estaría acompañada de la petición de poderes especialaes para acelerar la deportación de los niños.
El enfoque es un cambio en la forma que la Casa Blanca planeaba actuar y sigue a las críticas de defensores de los inmigrantes que dijeron que la postura del gobierno era demasiado dura. Los 2 mmdd permitirá agregar recursos a la frontera, como más jueces de inmigración, abogados de la Oficina de Aduana y Control Fronterizo y funcionarios para revisar peticiones de asilo.
Activistas reiteraron ayer su petición a Obama de ordenes ejecutivas que eviten la deportación de indocumentados en centros de detención, a fin de evitar la separación de familias. La petición, a las puertas de la Casa Blanca, encontró la inmediata respuesta de la administración, que insistió que la mayoría de los más de 50 mil niños que han llegado de Centroamérica desde octubre pasado, serán deportados.
“Basándonos en lo que sabemos acerca de estos casos, no es probable que la mayoría de estos niños califiquen para un estatus de ayuda humanitaria”, dijo Earnest.
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