Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- Con rostro serio y en silencio, las hijas de Raquel, empleada del área de Ecología, Parques y Jardines del ayuntamiento de Orizaba, acudieron al Cabildo para rechazar el finiquito que las autoridades municipales pretendían entregarles, al considerar que es insuficiente ante las condiciones en las que su madre falleció mientras desempeñaba labores para el gobierno municipal.
Una de las jóvenes es menor de edad. Ninguna quiso emitir declaración alguna ante los medios de comunicación, pero su sola presencia y negativa fue clara: no aceptan la cantidad ofrecida y responsabilizan directamente al alcalde Juan Manuel Diez Francos, a quien señalaron con su silencio como parte de una administración que, según sus palabras, presume ser moderna, pero sigue actuando con insensibilidad frente a la muerte de sus propios empleados.
El presidente municipal, fiel a su estilo, minimizó la inconformidad y deslindó al ayuntamiento de toda culpa. “Yo administro el dinero, no es mío y la ley está muy clara… siempre hay un vividor que se acerca y les calienta la cabeza”, declaró.
Además, sugirió que la familia está siendo manipulada por terceros. También añadió que el ayuntamiento ha corrido con todos los gastos y que están en trámite los seguros correspondientes: el del Instituto de Pensiones del Estado, uno negociado con un banco y otro del gobierno municipal.
Sin embargo, las familias no exigen sólo trámites burocráticos ni promesas, sino justicia, dignidad y reconocimiento al sacrificio de una madre trabajadora que perdió la vida cumpliendo su deber.
