

Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- Una serie de accidentes, algunos con consecuencias graves, mantienen molestos a los orizabeños debido al cambio de color en las guarniciones de las aceras, que pasaron del amarillo al gris, donde especialmente los adultos mayores y personas con discapacidad visual, exigen a las autoridades revertir esta medida, señalando que la falta de contraste pone en riesgo a todos los peatones.
“Mi amiga tropezó y se fracturó la cadera y una de sus muñecas. Otra señora sólo tuvo raspones, pero ¿y si se hubiera roto algo? ¿Quién responde por los gastos médicos?”, cuestiona María López, habitante de la colonia Centro, y como ella, decenas de ciudadanos han reportado caídas por no distinguir los límites de las aceras, ahora casi imperceptibles al mezclarse el gris con el pavimento.
Consideraron que el color amarillo, antes utilizado, cumplía una función clave: alertar a peatones sobre desniveles y guiar a personas con baja visión, sin embargo, el gris no se ve ni con buen sol, por lo que dijeron que es una irresponsabilidad quitar un color que salvaguardaba vidas.
Asimismo, cuestionaron a las autoridades en qué se basaron para pintar en color gris todas las aceras de la ciudad y quitar el amarillo, pues desde entonces se ha sabido de accidentes de ciudadanos que al no alcanzar a ver dónde termina la banqueta, se caen e incluso se lastiman.
En tanto, los orizabeños insisten en que no quieren más fracturas ni sustos, y el color amarillo debe regresar en los bordes de las banquetas, pues los accidentes que se han registrado no hay autoridad municipal que se responsabilice por los gastos médicos que pudieran resultar.
