Sandra González
El Buen Tono
Orizaba, Ver.- La permanencia de los mismos funcionarios durante más de una década en las administraciones encabezadas por el grupo empresarial en el poder ha dejado una marca clara: la falta de empatía hacia los comerciantes y el uso de la fuerza institucional como método de control. Desde las primeras gestiones de Juan Manuel Diez Francos, se han normalizado actos de abuso, despojo e intimidación hacia quienes representan uno de los pilares económicos de la ciudad: los comerciantes.

El analista político Darío Canek Arenzano Altif mencionó que los recientes casos lo confirman: el intento de arrebatarle su local a un comerciante del mercado Emiliano Zapata, el enfrentamiento promovido contra la luchadora social Tomasa López Peralta, el supervisor de Comercio que de manera prepotente despojó de una maceta a un hombre con discapacidad, y el operativo intimidante donde tres patrullas con 14 elementos desalojaron a un vendedor de pollo en el mercado Melchor Ocampo. Todo bajo la coordinación de Comercio municipal, a cargo de Fernando Trueba Coll, quien debería ser separado del cargo por sus constantes abusos.



