En medio de una crisis creciente, más de 33 mil personas han abandonado la capital de Haití en las últimas dos semanas, buscando refugio en la región sur del país. La situación, marcada por el caos y la violencia desenfrenada de las pandillas, ha llevado a un éxodo masivo que preocupa a la comunidad internacional, según un nuevo informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU.
Los ataques continuos de pandillas, que incluyen saqueos de casas e instituciones estatales, han dejado un saldo devastador: numerosas personas asesinadas y cerca de 17 mil sin hogar desde que comenzaron los disturbios el 29 de febrero. Los hombres armados no han dudado en atacar estaciones de policía, el aeropuerto internacional y liberar a miles de presos al irrumpir en las prisiones más grandes del país.
La mayoría de los desplazados han optado por viajar en autobús a través de la peligrosa comunidad de Martissant, controlada por pandillas rivales, en su camino hacia el sur de Haití. Sin embargo, la región sur, aunque más pacífica en comparación con Puerto Príncipe, enfrenta dificultades para albergar a los desplazados, ya que carece de la infraestructura y los recursos necesarios.
A pesar de los desafíos, ciudades como Les Cayes, Jérémie y Léogâne han acogido a un gran número de refugiados, muchos de los cuales han optado por trasladarse al sur debido a sus lazos familiares en la región. Sin embargo, la mayoría se encuentra sin hogar, viviendo con familiares o en refugios improvisados y sobrepoblados.
Se espera que la crisis empeore en los próximos días y semanas, con más personas huyendo de la capital mientras la violencia de pandillas continúa fuera de control. La comunidad internacional sigue observando de cerca la situación en Haití, con la esperanza de encontrar una solución a esta crisis humanitaria en rápido deterioro.
