Redacción
El Buen Tono
Veracruz, Ver.— Las declaraciones del exalcalde de Veracruz y actual diputado local, Fernando Yunes Márquez, sobre una posible revisión de cuentas por parte del próximo gobierno municipal encabezado por Rosa María Hernández Espejo, revelan su desprecio por la rendición de cuentas y su clara intención de evadir responsabilidades.
“Sería una tontería barrer para atrás”, dijo el panista al ser cuestionado sobre la posibilidad de que la nueva administración revise el uso de recursos durante su gestión. Con esa frase, Yunes dejó en claro su menosprecio por los procesos de fiscalización, burlándose a su vez de la ciudadanía veracruzana que exige transparencia.
A pesar de que el exalcalde asegura que su gobierno ya fue auditado por el ORFIS y la ASF, también reconoce que su administración aún mantiene observaciones abiertas, lo cual contradice su discurso de “todo está limpio”. Además, su intento por deslegitimar la posibilidad de que un nuevo gobierno revise el pasado —cuando las irregularidades están documentadas— es un claro acto de impunidad.
Entre las observaciones más delicadas detectadas por el ORFIS durante su gestión se encuentran presuntas anomalías en la adjudicación de contratos, subejercicios injustificados y falta de comprobación en el uso de recursos federales etiquetados. Incluso hay auditorías con inconsistencias financieras por más de 65 millones de pesos que aún no han sido solventadas, según informes oficiales.
“La figura de que un alcalde audite a otro no existe”, insistió Yunes, ignorando que la revisión de cuentas no es una opción, sino una obligación institucional cuando hay señalamientos.
