Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- La falta de planeación y protocolos básicos de seguridad durante un festival navideño en la escuela primaria Manuel M. Herrera, expuso innecesariamente a los menores de edad a situaciones de riesgo, al grado de convertir un acto escolar en un episodio de desorden que pudo terminar en un accidente grave.
Lo que estaba programado como una convivencia para la comunidad escolar de la colonia Cerritos derivó en un evento caótico, marcado por la ausencia de control, fallas logísticas y omisiones en seguridad, bajo la responsabilidad de la dirección escolar.
Padres de familia señalaron que desde el inicio del festival fue evidente la nula coordinación por parte de la directora María de los Ángeles, situación que se agravó con el acceso desigual al evento. A varios tutores se les negó la entrada sin explicación, lo que detonó reclamos, discusiones y un ambiente de tensión.
El desorden se intensificó con un sistema de sonido deficiente que nunca funcionó correctamente, pese a contar con equipo suficiente. Las indicaciones de los maestros de ceremonias no se escuchaban, provocando confusión entre estudiantes, quienes se desorientaron en sus coreografías y no pudieron desarrollar los bailables para los que, según denunciaron los padres, se realizaron gastos significativos en vestuario.
La situación más delicada fue la instalación de una vendimia en el plantel, donde se colocaron puestos de comida con tanques de gas junto a los comales, sin extintores a la vista ni medidas preventivas. En tanto, niños corrían libremente por la explanada, en un entorno sin control ni delimitación de áreas, lo que incrementó el riesgo de accidentes.
Ante la falta de liderazgo, ni el personal docente, ni 5 intendentes, jóvenes de servicio social supieron cómo actuar. La ausencia de una línea clara de mando derivó en que los padres invadieran el área con sus hijos, exponiéndolos aún más.
El descontrol obligó a retrasar por más de una hora y media la rifa de regalos navideños. Durante ese lapso no se logró restablecer el orden y más del 50 % de los padres optó por retirarse molesto. El premio mayor, una motoneta, fue adjudicado a una persona que ya no estaba en el lugar.
Para los padres de familia, “los hechos evidencian que la escuela le quedó grande a la directora”, al no demostrar capacidad para conducir un evento masivo ni garantizar las condiciones.
