Por primera vez en meses, los fieles acudieron a la plaza de San Pedro para la tradicional bendición dominical del Papa, manteniendo distancia entre unos y otros.
Esto luego de que en Italia se relajaron las medidas del confinamiento a causa de la emergencia sanitaria de la COVID-19 y se ha permitido una libertad de movimiento, por lo cual las personas han podido regresar a las calles bajo algunas medidas de sanidad.
Al llegar a la plaza, observaron hacia la ventana por la que el Papa Francisco generalmente se dirige a los fieles.