Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- Desde la Diócesis de Orizaba, la postura fue clara y firme frente a los recientes reacomodos en las fiscalías del país. El vocero, Helkyn Enríquez Báez, sostuvo que la Iglesia respeta plenamente la autonomía de las instituciones del Estado, pero consideró como necesario observar cada cambio con prudencia, con la expectativa de que dichos movimientos fortalezcan la procuración de justicia y no se conviertan en simples relevos administrativos sin impacto real.
Enríquez Báez subrayó que, ante cualquier renuncia o nombramiento, la Iglesia apuesta por no anticipar juicios y por otorgar un voto de confianza con la esperanza de que estos ajustes contribuyan a erradicar la corrupción y, sobre todo, la impunidad. Recordó que aún existen numerosos delitos sin esclarecer, lo que mantiene en la población una legítima demanda de resultados concretos y de instituciones que operen bajo un auténtico Estado de derecho.
Las declaraciones del vocero se dan tras la renuncia de Alejandro Gertz Manero como titular de la fiscalía general de la República, un movimiento que reconfigura el panorama nacional en materia de procuración de justicia.
En el ámbito estatal, la fiscal general de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, permanece en el cargo, aunque recientemente se han discutido modificaciones legales que podrían incidir en su continuidad, generando expectativas y tensiones políticas.
Para la Iglesia local, estos escenarios representan una oportunidad para que las autoridades demuestren su compromiso con la legalidad. El vocero insistió en que la población necesita señales claras de que las instituciones trabajan a favor de la verdad y del combate al delito, no sólo desde el discurso, sino mediante investigaciones eficaces y procesos transparentes.
La Diócesis advirtió que los cambios en fiscalías sólo servirán si generan eficacia, respeto a derechos humanos y resultados verificables; de lo contrario, serán sólo ajustes políticos sin beneficio a las víctimas.


