Juan López
EL BUEN TONO
Fortín, Ver.- La Comisión de Agua y Saneamiento de Fortín (CASF) estalló el pasado lunes por irregularidades financieras que evidencian la corrupción y la impunidad de la administración de Gerardo Rosales Victoria. De acuerdo con el ORFIS, la Cuenta Pública 2024 presenta un posible faltante de 326 mil pesos en la cuenta bancaria de Santander, gastos sin comprobar por 252 mil pesos y adeudos por 250 mil pesos a funcionarios y empleados, sin que hasta ahora se haya dado explicación alguna. Este estallido financiero es apenas un anticipo de los problemas que podrían replicarse en otras áreas del Ayuntamiento.
El alcalde ha consolidado un esquema de corrupción con la complicidad de la Regidora Ixchel Zitlally Espíritu Apolinar y del contralor municipal, mientras que la titular de Comunicación Social, María Betsabé Cárdenas García, se encarga de ocultar información y denostar a la prensa crítica, bloqueando la transparencia y dificultando que la ciudadanía conozca la verdadera situación de los recursos públicos. La opacidad y el control político sobre la información han profundizado la crisis de la CASF, dejando a trabajadores y habitantes en una posición vulnerable.
Trabajadores sindicalizados denunciaron retrasos en el pago de prestaciones desde junio pasado, incluyendo aguinaldos y cuotas sindicales, y alertaron sobre la presencia de familiares de funcionarios en cargos estratégicos dentro de la dependencia. La rotación constante de directores y subdirectores ha generado un desorden financiero que afecta no solo a los empleados, sino también a los habitantes de Fortín que dependen del servicio de agua potable. Expertos advierten que, de no aplicarse medidas correctivas inmediatas, la corrupción que estalló en la CASF podría replicarse en otras áreas del gobierno municipal.
