
Orizaba, Ver. — Lo que prometía ser un día de alegría, ventas y movimiento en el centro de Orizaba terminó en decepción para los comerciantes. A pesar de que muchos adornaron sus locales con globos, colores y promociones especiales por el Día del Niño, las calles lucieron semivacías y las ventas no despegaron.
“Nos preparamos con todo, pero los papás no sacaron a los niños”, lamentó una comerciante de la zona centro. Otros coincidieron en que la afluencia peatonal fue mucho menor a la esperada, comparada con años anteriores.
Algunos negocios incluso contrataron payasos y animadores para atraer a las familias, pero ni eso bastó. La falta de visitantes dejó a varios con mercancía sin vender y una amarga sensación de frustración.
Vecinos y comerciantes culpan a la situación económica y a la falta de actividades organizadas por el Ayuntamiento. “Esto ya no es como antes; la ciudad le ha apostado solamente al turismo. Los comercios han sido afectados por los cambios de sentido en las calles, la reducción de carriles y los pocos lugares disponibles para estacionarse”.
El panorama preocupa, ya que el Día del Niño suele ser una fecha clave para dinamizar la economía local. Hoy, en cambio, deja una gran interrogante: ¿qué está fallando en Orizaba?
