De la redacción
El Buen Tono
Lo que comenzó como una denuncia en redes sociales destapó un escándalo que ha conmovido a Chetumal: decenas de perros y gatos fueron encontrados abandonados en un predio cercano a un crematorio de mascotas en la colonia Barrio Bravo. Las familias que confiaron en “Xibalba Crematorio de Mascotas” pagaron entre mil 500 y 2 mil 800 pesos por servicios que incluían urna, certificado y apoyo psicológico, pero recibieron solo tierra, mientras los cuerpos de sus mascotas permanecían en descomposición en un lote baldío.
La Fiscalía General de Quintana Roo (FGE) confirmó que el establecimiento operaba sin permisos ni licencia, y los pagos se realizaban a través de cuentas bancarias y plataformas digitales vinculadas a los responsables. La investigación apunta a Alejandro Yam Navarrete como principal implicado, bajo presunción de fraude, maltrato animal y delitos contra la fauna, además de riesgo ambiental y sanitario. Organizaciones animalistas y ciudadanos han iniciado campañas para denunciar irregularidades y asegurar evidencia, mientras la FGE y la Procuraduría de Protección al Ambiente mantienen asegurado el predio y prevén órdenes de aprehensión. El caso ha generado conmoción, dolor y exige justicia y regulación más estricta para crematorios de mascotas en Quintana Roo.
