Tinta Ácida
EL BUEN TONO
Rafael Delgado, Ver.- La administración de Alejandra Enríquez en Rafael Delgado terminó señalada por obras inconclusas, bloqueos a comerciantes, amenazas y extorsiones. La alcaldesa, que llegó al cargo como suplente tras la muerte del titular, se presentó como la “mejor” presidenta municipal, pero su gestión deja inconformidad y denuncias de corrupción entre la población.
Durante su mandato, se realizaron pequeños tramos de obra con sobreprecios, sin procesos de licitación transparentes y con constructoras fantasma ligadas a la propia alcaldesa. Los artistas que participaron en proyectos municipales no recibieron pago, mientras que el arco de acceso quedó inconcluso. A empleados del ayuntamiento se les descontaron salarios de forma arbitraria, en un esquema que los propios trabajadores señalaron como un beneficio personal para Enríquez.
Habitantes también denunciaron que la presidenta utilizó prestanombres para adjudicarse contratos de obra y que colocó en puestos clave a personas ajenas al municipio, ligadas a las campañas de su esposo, quien aprovechó recursos oficiales para uso personal. Además, señalaron que su hijo presumió viajes pagados con dinero público, mientras la propia alcaldesa se desplazaba en vehículos oficiales acompañada de un ingeniero al que designó como responsable de obra.
Al estar a punto de concluir su periodo, los reclamos vecinales permanecen: no se resolvió el problema del alumbrado en la zona de Las Sirenas, quedaron pendientes obras como el techado del mercado y la percepción ciudadana fue que la presidenta se sirvió del cargo antes que atender las necesidades de la población.
