Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba, Ver.- Además del alcalde, regidores, algunos Directores tienen asignados salarios más altos que la misma Gobernadora. En promedio los ediles ganan el doble que la mandataria estatal.
Un análisis de la nómina del primer trimestre del 2025 revela que un grupo de altos funcionarios percibirá sueldos que opacan e incluso duplican el propuesto para la gobernadora del estado, fijado en 67,800 pesos, desatando una crisis de percepción sobre la ética en el uso de los recursos públicos.
En un contundente alejamiento de cualquier principio de austeridad, el proyecto de presupuesto para el 2025 en Córdoba revela que un grupo selecto de funcionarios municipales percibirá emolumentos muy superiores a los de la propia gobernadora del estado. Mientras que la mandataria estatal electa tendrá un salario propuesto de 67,800 pesos, y sus secretarios percibirán 64,531 pesos, varios nombres en la planilla municipal duplican ese monto, priorizando claramente sus finanzas personales sobre la realidad económica de la ciudadanía.
Con información correspondiente al primer trimestre del 2025, destaca que el presidente municipal, Juan Martinez Flores, se erige como el funcionario mejor pagado con un salario de 149,530 pesos, una cifra que supera en más del doble el sueldo de la gobernadora. Le sigue en la lista la síndica única, Vania Lopez Gonzalez, con 130,662 pesos. Un patrón llamativo se observa en el cuerpo de regidores, donde nueve de ellos —Isamar Balderas Flores, Georgina Andrea Aguilar Sanchez, Jonathan Francisco Rosas Blanco, Sergio Armando De La Llave Migoni, Erick Alberto Gasca Morales, Olga Leticia Luz Lopez, Maria Del Carmen Aguilar Mendoza, Daniel Vazquez Hernandez y Maria Luisa Martinez Ramirez— perciben un uniforme salario de 102,927 pesos cada uno.
La nómina de altos ingresos se completa con la tesorera municipal, Rosa Maria Velasco Ramirez, y el contralor municipal, Lauro Ramos Olmos, ambos con un sueldo de 93,646.30 pesos. Este elevado costo en remuneraciones para un grupo reducido no solo echa por la basura toda idea de austeridad republicana, sino que profundiza la desconexión entre la administración pública y la realidad económica que vive la mayoría de los cordobeses, demostrando una fidelidad inquebrantable hacia sus propios intereses económicos.
