

De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- Mientras el ayuntamiento de Córdoba presume avances en infraestructura urbana, las recientes obras en calles clave evidencian un grave descuido en materia de inclusión. Los carriles podotáctiles, diseñados para guiar a personas con discapacidad visual, fueron instalados sin cumplir con los estándares técnicos establecidos, generando riesgos en lugar de seguridad.
En la calle 3, por ejemplo, los carriles no inician desde puntos estratégicos como la panadería local hasta la esquina, omitiendo señales de advertencia previas a obstáculos. Peor aún, en la calle 9, entre las avenidas 5 y 7, las guías táctiles fueron colocadas en tramos con postes, bancas y desniveles, lo que convierte el trayecto en un laberinto peligroso.
De acuerdo con las normas del Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad (Conadis), estos carriles deben incluir dos tipos de guías: direccionales, para marcar rutas seguras, y de alerta, para indicar cambios de dirección o peligros
Además, requieren materiales antideslizantes, contrastes visuales con el entorno y un ancho mínimo de 40 centímetros. Sin embargo, en Córdoba, las guías carecen de relieve definido, se confunden con el color del pavimento y su trazado ignora obstáculos fijos, incumpliendo cada uno de estos criterios.
El problema no es sólo técnico, sino humano. Quienes tienen visión baja, como una adulta mayor citada en testimonios, no logran distinguir las guías debido a la falta de contraste. “Es como si quisieran que tropecemos”, señaló un vecino, mientras recorría la calle 3.
Aunque Conadis, creado en 2011, debería vigilar el cumplimiento de estas normas, su integración a la Secretaría del Bienestar ha derivado en priorizar programas asistenciales sobre la supervisión de accesibilidad. Esto deja en evidencia un vacío institucional: las obras se ejecutan sin auditorías técnicas ni consulta a colectivos de personas con discapacidad.
