Después de un viaje lleno de dudas y derrotas en Baltimore, los Yankees de Nueva York regresaron a casa con el orgullo herido… y con ganas de demostrar por qué siguen siendo uno de los equipos más temidos de la MLB. La victoria 3-0 sobre los Rays no fue solo un alivio, sino una declaración de intenciones. Con Max Fried y Aaron Judge en modo leyenda, los Bombarderos del Bronx dejaron claro que aún tienen mucho que decir esta temporada.
En un día donde ambos fueron reconocidos como los mejores del mes en sus posiciones —Fried como lanzador y Judge como bateador—, no hubo espacio para la relajación. El zurdo brilló con una salida de siete entradas en las que apenas permitió un hit y bajó su efectividad a un impresionante 1.01, algo nunca visto en las primeras siete aperturas de un pitcher con el uniforme a rayas.
Aaron Judge, por su parte, hizo temblar el Yankee Stadium con un triple y un doble que confirmaron que está decidido a defender su trono como MVP de la Liga Americana. El capitán volvió a ser el alma ofensiva del equipo, justo cuando más lo necesitaban.
El quinto inning fue el único necesario para marcar diferencia: Paul Goldschmidt, totalmente adaptado a su nuevo equipo, conectó su tercer jonrón del año, un bombazo de tres carreras que selló el marcador. Del lado de Tampa Bay, Ryan Pepiot sufrió con una actuación irregular, mientras que el mexicano Manuel Rodríguez destacó al frenar a lo más temido de los Yankees: Judge, Rice y Goldschmidt.
No todo fue perfecto: Jazz Chisholm Jr., segunda base de Nueva York, estará fuera entre cuatro y seis semanas por una distensión oblicua, según confirmó el mánager Aaron Boone. Clarke Schmidt será el encargado de subir al montículo en el segundo juego de la serie, que podrá verse por Imagen TV.
