Greta Thunberg, reconocida activista sueca por el medioambiente y los derechos humanos, fue detenida y posteriormente deportada por las autoridades israelíes tras participar en una misión humanitaria hacia la Franja de Gaza. La joven de 22 años abordó el velero Madleen junto a otros 11 activistas internacionales, con la intención de entregar ayuda a la población gazatí, sumida en una crisis humanitaria extrema debido a la guerra prolongada entre Israel y Hamás.
La embarcación, organizada por la Coalición de la Flotilla de la Libertad —un movimiento pacifista creado en 2010 que combina la ayuda humanitaria con la denuncia política del bloqueo israelí sobre Gaza— zarpó el 1 de junio desde Italia. No obstante, fue interceptada este lunes por la Marina israelí a unos 185 kilómetros al oeste de la costa gazatí.
Los 12 activistas, provenientes de países como Francia, Alemania, Brasil, Turquía, España, Suecia y Países Bajos, fueron trasladados al aeropuerto Ben Gurion, donde las autoridades iniciaron su proceso de deportación. En el caso de Thunberg, el Ministerio israelí de Relaciones Exteriores confirmó que ya partió rumbo a Suecia vía Francia, publicando incluso una fotografía suya a bordo del avión.
“Aquellos que se nieguen a firmar los documentos de expulsión y a abandonar Israel serán llevados ante una autoridad judicial”, advirtió el ministerio, asegurando que los activistas contaron con asistencia consular en el aeropuerto.
Desde el gobierno israelí se acusó a Greta Thunberg y al resto del grupo de haber intentado “escenificar una provocación mediática con la única intención de hacer publicidad”, en un contexto en el que Israel enfrenta crecientes críticas internacionales por la situación humanitaria en Gaza.
Según informes de la ONU, la Franja vive una de las peores crisis humanitarias del planeta, con su población expuesta a bombardeos diarios, bloqueos y riesgo de hambruna.
Esta no es la primera vez que Thunberg se involucra en causas más allá del medioambiente. En los últimos años, ha alzado la voz en defensa de los derechos humanos y ha criticado la inacción internacional ante diversas crisis globales.
El incidente vuelve a colocar a Greta Thunberg en el centro del debate internacional, esta vez no por el cambio climático, sino por su solidaridad con la población palestina en Gaza.
